Un mundo más inteligente puede ser un mundo más accesible

En los últimos años la revolución de los dispositivos móviles está cambiando tanto los hábitos tecnológicos de las personas como la forma de comunicarse. Incluso los hábitos de la salud, el deporte y las actividades comerciales y de ocio están siendo afectados gracias a la conectividad permanente de las personas a Internet y sus servicios a través de los dispositivos móviles.

El smartphone como extensión de la persona

Los actuales teléfonos inteligentes o smartphones poseen multitud de funciones, sensores y canales de comunicación que nos permiten interactuar en algunas formas con nuestro entorno.

Su conexión a Internet casi permanente nos permite participar en redes sociales, consultar precios y contenidos así como buscar información sobre lugares turísticos, restaurantes y áreas comerciales. Todo esto buscando enriquecer la experiencia de vivir en la ciudad.

Los sensores que incorporan la mayoría de smartphones permiten identificar el lugar en el que se encuentra el usuario, la posición del teléfono y algunos datos del entorno. Todo esto permite a las aplicaciones móviles instaladas en el teléfono ofrecer experiencias de usuario más precisas y completas.

Esto está provocando una evolución tecnológica en ciudades y negocios. Conceptos como las smart cities (ciudades inteligentes) ya no se entienden sin usuarios con dispositivos conectados a Internet.

Los avances tecnológicos de los smartphones han provocado también una evolución tecnológica en el uso de sensores. La domótica y los wearables (prendas inteligentes) son un ejemplo de esta evolución. Actualmente podemos encontrar multitud de elementos tecnológicos y sensibles por la ciudad, el trabajo y el hogar. Incluso sobre nosotros mismos.

Entornos inteligentes

Cuando una habitación, un edificio o una ciudad utiliza elementos tecnológicos para obtener información del ambiente podemos empezar a hablar de entornos inteligentes .

Detectores de presencia, termómetros o estaciones climáticas son ejemplos ya habituales en ciudades y edificios.

Toda esta funcionalidad y sensibilidad del entorno que nos rodea actualmente, en muchos casos y por desgracia, no suele comunicarse con personas o dispositivos móviles pero eso está cambiando. La razón es simple: un entorno controlable y controlado es más confortable para las personas.

Algo confortable puede ser más usable , más eficaz y más accesible para todas las personas.

El smartphone no es suficiente

En muchas ocasiones el teléfono no tiene los suficientes recursos como para ofrecer un servicio o experiencia completa.

La precisión y la capacidad de los sensores de un smartphone, en muchos casos, puede ser muy limitada o bien no incluir los suficientes sensores para que el servicio o la aplicación puedan ayudar al usuario.

También la posición del smartphone puede dificultar la actividad del sensor. Por ejemplo, si el smartphone siempre va en el bolsillo del usuario no se puede hacer uso de sensores de ruido, luminosidad y temperatura ambiente ya que los datos obtenidos no serán reales para el entorno en el que se mueve el usuario.

La solución más inmediata pasa por ampliar la capacidad sensorial del smartphone conectando otros sensores o dispositivos del entorno del usuario. Este tipo de dispositivo puede ser una prenda o elemento que lleve el propio usuario como unas gafas, unos zapatos, un sombrero o las propias prendas de vestir. Es lo que se conoce como prendas inteligentes o wearables.

Pero un wearable también puede ser un dispositivo que no posea la forma de un objeto o prenda de vestir. Puede ser una pequeña caja o dispositivo que nos permita usarlo o colocarlo en distintos elementos de nuestro entorno o sobre nosotros mismos.

Estos wearables hacen que un smartphone pueda acceder a sensores más precisos, colocados en un lugar más idóneo y, además, ahorrar en batería y potencia del procesador de nuestro smartphone ya que la gestión y mantenimiento de estos nuevos sensores queda delegado al dispositivo wearable.

Tech4Freedom

El proyecto Tech4Freedom está desarrollando una extensión sensorial para nuestros smartphones buscando ofrecer servicios a personas con discapacidad para superar barreras físicas, sociales y mentales.

Este dispositivo incorpora sensores para detectar la temperatura ambiente, obstáculos, comunicarse con elementos del entorno y diversas funciones más que permiten a los desarrolladores de aplicaciones móviles crear nuevos servicios a través de un smartphone comunicándose con el dispositivo de Tech4Fredom para alcanzar un mayor conocimiento del entorno.

Puedes ver un vídeo descriptivo de Tech4Freedom en inglés para conocer sus posibilidades.

La accesibilidad en este contexto

Toda esta tecnología en nuestra mano, nuestra ropa y nuestro alrededor puede beneficiar notablemente la autonomía personal de las personas con discapacidad y la accesibilidad del entorno para todo el mundo.

Esta tecnología permitiría crear habitaciones que controlen de forma automática la luz ambiental, la temperatura o la música ambiental dependiendo de si hay alguien en la habitación o la persona o personas que están en la habitación necesitan más luz, no les gusta los ambientes húmedos o ruidosos.

También permitiría controlar si una persona entra o sale de un área delimitada por sensores. Por ejemplo, padres ciegos pueden controlar si sus hijos salen de una habitación o personas ciegas pueden jugar en áreas de juego delimitadas mediante sensores.

Los sensores en la ropa pueden ayudar a la detección de obstáculos, un mejor posicionamiento en la ciudad y en interiores de edificios así como facilitar la asistencia médica ante accidentes a personas con necesidades especiales detectando si han sufrido una caida, su presión arterial es baja o sufren de una hipoglucemia.

La tecnología sigue demostrando que es el camino para un mundo más accesible e inclusivo.