Se considera que una aplicación software es robusta cuando puede seguir funcionando en condiciones adversas e impredecibles.
A la hora de crear un software robusto una de sus primeras reglas es hazlo simple. Desde su código, escribiendo limpio y legible, hasta su arquitectura utilizando patrones de diseño. Todo esto nos lleva a seguir un estilo de diseño simple a la hora de definir nuestro proyecto software.
La navaja de Ockham
La simplicidad en el software mejora nuestro proyecto en su ejecución y en su mantenimiento. Gracias a que su código es simple de leer podemos entender mejor su estructura y su funcionalidad y gracias a que la relación entre módulos, clases y funciones es simple la detección de errores o la incorporación de nuevas características es menos estresante.
Muchas ramas de la ingeniería buscan esta simplicidad debido a la idea del principio de economía o el principio de la navaja de Ockham.
Este principio dice que en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable». Esto implica que, cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja.
Las cinco reglas para mantener la simplicidad
Con la evolución y la historia de la creación de software han ido apareciendo una serie de reglas que nos ayudan a mantener la simplicidad dentro del diseño de nuestro software. En futuros artículos iremos viendo cada una de estas cinco reglas.